De nuestro amigo Javier, de buen comer y fina mesa
INGREDIENTES
300 gramos de salmón limpio de piel y espinas (puede ser salmón ahumado)
300 gramos de salmón limpio de piel y espinas (puede ser salmón ahumado)
Media manzana golden
Medio mango maduro
Media chalota (o cebolla morada pequeña)
Cebollino fresco
Zumo de medio lima (o limón)
Pizca de mostaza
Aceite de Oliva Virgen Extra (AOVE)
Sal laminada
Pimienta
Salsa de soja (opcional)
ELABORACIÓN
Para eliminar la posibilidad de anisakis que pudiera contener el pescado, antes de proceder con esta receta hay que mantener el pescado durante una semana en el congelador si éste alcanza al menos -20 ºC.
Si esto no es posible hay que comprar el pescado ya congelado puesto que la industria aplica procesos de congelación más efectivas que las que conseguimos con un congelador en casa.
Una vez descongelado, troceamos el salmón en daditos de medio cm. aproximadamente y salpimentamos en un bol.
Añadimos al bol el resto de ingredientes cortados en trocitos pequeños: La manzana con piel, la chalota, el mango y el cebollino.
Añadimos también el zumo de lima (o limón), la pizca de mostaza, 2-3 cucharadas soperas de AOVE, y opcionalmente media cucharadita de soja.
Mezclamos todo muy bien y dejamos macerar unos 5 minutos dentro de la nevera.
Sacamos de la nevera, volvemos a mezclar de nuevo y emplatamos utilizando un molde de cocina para ello.
Adornamos con un trocito de manzana muy fina y unas ramitas de cebollino por encima...
¡¡¡Y a disfrutar!!!
IMPORTANTE:
Para eliminar el anisakis deberíamos cocinar adecuadamente el pescado durante al menos durante 2 minutos a más de 60°C. Eso significa que dicha temperatura debe llegar hasta el centro del producto. El hervido, la fritura o el asado nos permiten eliminar el anisakis sin correr ningún riesgo.
Como en esta receta no se aplica ningún tipo de cocinado con calor, hay que asegurar que el proceso de eliminación de anisakis se realiza correctamente, por ello:
Antes de proceder con esta receta, mantener el pescado durante una semana en el congelador si éste alcanza al menos -20º C. Si esto no es posible la alternativa sería comprar el pescado ya congelado puesto que la industria aplica procesos de congelación más efectivas que las que conseguimos con un congelador en casa.